Blog de FARMATALENT

MI EQUIPO EN LA FARMACIA: CÓMO GESTIONAR EL CAMBIO EN EL MISMO

3 mayo 2017

“Buenos días FARMATALENT, soy titular de una farmacia y me planteo cambiar a uno de mis trabajadores pero no sé cómo hacerlo. Necesito que me encontréis al mejor perfil para mi vacante y que además me digáis cómo gestionar esta salida que tengo planeada. ¿Podéis ayudarme?”


Aunque en FARMATALENT somos especialistas en seleccionar personal para trabajar en farmacias, y no en seleccionar quién debe salir de ellas, lo cierto y verdad es que esta pregunta con la que comenzamos nuestro post mensual nos la hacen bastante a menudo farmacéuticos a los que agobia la dicotomía de la duda profesional y el sentimiento humano: ¿De quién debo prescindir en mi farmacia para que el común del equipo avance mejor y cómo debo comunicárselo una vez decidido?

Compleja operación y delicada decisión que en FARMATALENT trataremos de apuntalar en los párrafos que siguen.

Lo primero que debe plantearse un jefe o gestor es pensar “de quién quiero prescindir y por qué”.

La teoría del mundo de los Recursos Humanos y los miles de libros que hay escritos al respecto, presentan siempre como fundamental saber separar aquí la parte humana del trabador y su carácter “personal” (valga la redundancia semántica) de la capacidad y aptitud que éste tenga como trabajador… Es decir, lo que se quiere es señalar la importancia de que un jefe no tome una decisión equivocada con un trabajador por basarse en sentimientos personales con él. Simplificando la explicación: “echo a fulanito de mi farmacia porque no me cae bien”.

Si bien es cierto que esto es un error tan común como difícil de gestionar (los jefes no son máquinas que puedan separar continuamente cada sentimiento que se les cruza); hay que entender que en una farmacia y sus reducidas dimensiones las cosas son diferentes y no deben ser gestionadas igual que otros tipos de empresas… Se quiere decir con esto que, aunque es cierto que un buen jefe no debe dejarse influenciar por el sentimiento de simpatía o no que le produzca su trabajador; es obvio y evidente que en un sitio en el que trabajan 2, 4 o 6 personas de media cada día no puede haber dos de ellos que se llevan como el perro y el gato o entre los que se produzca tensión continua, por muy bueno que técnicamente sea uno de ellos.

Si el jefe tiene un trabajador con el que diariamente choca, al que siempre debe andar justificando sus decisiones y, en definitiva, que le quita más energía que de la que le aporta; debe prescindir de él, pues supone ello un freno al común del equipo.

En segundo lugar, y una vez se haya tomado la difícil decisión sobre de quién es necesario prescindir, sean cuales fueren los motivos, es recomendable tener en cuenta las siguientes premisas:

PRIMERA: Una vez tomada y madurada la decisión en el fuero interno, esta debe hacerse efectiva y comunicarse al interesado de la forma más inmediata posible, pues suele tenderse a evitar estas decisiones “difíciles” y alargarlo en el tiempo provocando un sentimiento de malestar en la persona encargada de ejecutarla que en nada ayuda al normal desarrollo de la farmacia.





SEGUNDA: Una vez comunicado al empleado, debe dejarse solo el tiempo imprescindible para que éste vuelva a su puesto de trabajo. Al margen de que la decisión sea entendida o no por el trabajador, la realidad es que difícilmente rendirá bien en su puesto de trabajado alguien sabiendo que está despedido en 15, 20 o 30 días… Salvo raras excepciones, ese tiempo será algo incómodo e inmanejable para todos los que compartan espacio en la farmacia.

TERCERA: La (nada fácil) conversación en la que se comunique la decisión tomada al trabajador afectado debe ser cordial, sincera, firme, efectiva y no excesivamente larga.

Es muy recomendable dedicar algo de tiempo a prepararla y tener en cuenta que lo que vamos a comunicar no va a ser (casi con certeza) bien recibido por la otra parte, por lo que puede ayudar mucho estructurar la información a dar con la técnica de bocadillo: los panes son las virtudes a reseñar del trabajador (que siempre las hay… Más o menos pero las hay) y el relleno son los motivos por lo que se decide prescindir del mismo. Es decir, comenzar y acabar la conversación en tono positivo y tratar de explicar en el medio las causas (normalmente negativas) que han llevado a tomar esa decisión. Tanto si son imputables al trabajador como si le son ajenas éste merece que le sean explicadas.

Cuidado con esta parte de la conversación porque la versión humana inherente a cualquier jefe puede llevar a no dejar clara la postura de la empresa respecto de ese trabajador. El buen quererhacer para dulcificar la decisión tomada puede llevar a no dejar claro lo que se quiere transmitir, por ello se insiste en la “brevedad” de la conversación.

De nada sirve estar horas dando vueltas entre ambos a un asunto tan delicado, pues lo único que hará será liarlo todo más. (Especial cuidado hay que tener en este caso cuando el trabajador es alguien que lleva muchos años en la farmacia y del que, por los motivos que sean, el jefe decide prescindir. Es fácil en una farmacia crear lazos casi de familiaridad con nuestros compañeros, y esto puede jugar malas pasadas en situación como las que hoy se abordan).

Por último, y una vez pincelado el cómo abordar una decisión como la salida de un trabajador de su equipo de trabajo, huelga explicar aquí -pero conviene anotarlo-, que lo mismo ocurre cuando con la persona concreta hay muy buen feeling personal pero su desempeño profesional es un verdadero desastre: no podemos quedarnos con alguien en la farmacia únicamente porque nos caiga bien. En este caso la decisión es incluso más difícil que en el contrario, pero debe ser igualmente tomada y ejecutada por el bien de nuestra farmacia y del resto de compañeros.

En FARMATALENT sabemos que no es nada fácil abordar temas tan delicados como el del despido (a quién afecta y cómo comunicarlo) pero esperamos haber podido orientar en algo a quien se ve en semejante decisión.

Una vez dedicado el tiempo y esfuerzo necesario en este fin de una etapa concreta, debe invertirse ahora toda la energía en el comienzo y desarrollo de la nueva: ¿quién entra en mi farmacia, cómo y por qué?

¡Para eso estamos FARMATALENT aquí!

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